Por Leonor Suárez
En julio pasado, durante la visita a Gijón de José Antonio Garay Suárez, fuimos al cementerio de Ceares. Buscábamos el lugar de enterramiento de su tío, el fotógrafo Constantino Suárez.
Era una búsqueda, de partida, difícil. Habían pasado cuarenta y un años desde la anterior visita de Josetxu a este camposanto. En 1983, José Antonio Garay había viajado con su mujer desde Bilbao para enterrar al último pariente que le quedaba de su familia materna.
Sus recuerdos eran limitados: le habían inhumado en tierra, no en nicho. Sin responso, ni cura, ni ceremonia. sin apenas compañía, más allá de los dos sepultureros, un pariente lejano y un amigo leal. Siete personas, calculo, componían el cortejo.
José Antonio Garay Suárez y su mujer, Mari Jose García Moraga
A las imágenes que Josetxu guardaba en su memoria añadí yo los datos recopilados durante mi investigación. Fue un 28 de febrero, tres días después de su fallecimiento. Suárez había muerto el 25 a las 21 horas, al día siguiente de su cumpleaños, 29 horas después del momento exacto en el que había cumplido 83 años.
La primera consulta que realicé para saber dónde estaba enterrado fue infructuosa. El ordenador no arrojaba resultados. Fue necesario acudir al libro y allí aparecía registrado su nombre y dos apellidos, Constantino Suárez Fernández. “En el ordenador no figuran las personas sepultadas en tierra”, me explicó, muy amable, el empleado. En ese caso, dijo, se inscribían en el libro. “Ahí se registraban los enterrados de beneficencia”. Y Suárez era uno de ellos. Fue inhumado en tierra, en la 5ª izquierda, línea 21, sepultura 1.
Anduvimos largo tiempo por las calles de nichos del cementerio y llegamos a la zona de sepulturas en tierra. Buscábamos el lugar en el que debían confluir los recuerdos de José Antonio con la información que me habían facilitado en la oficina del cementerio. Lo hacíamos por darle un sentido cronológico a la historia que queríamos revivir más que por la esperanza de dar con la sepultura. Sabíamos de antemano que nunca la íbamos a encontrar, porque ya no existe.
En 1994 se sacaron los restos inhumados en ese lugar para hacer nichos. En el cementerio me explicaron que habían llamado a las familias para que se hicieran cargo de los restos óseos. Si no lo habían hecho o no había familiar de contacto, los huesos se habían enviado al osario. Josetxu no recuerda ninguna llamada. Posiblemente al tratarse de un enterramiento de beneficencia, su nombre y su teléfono no constaran junto a los datos del fallecido.
“Para ver el osario hay que entrar por la puerta 2, girar a la derecha, subir unas escaleras, y después veréis un cuadrado de hormigón que marca el osario”, me habían explicado.
Y allí acabó nuestra visita, en un lugar, el osario, que no se usa desde hace tiempo por estar lleno, me advirtieron.
José Antonio Vicario, David González, Rosana Carballido, José Antonio Garay y Mari Jose García, junto al osario donde se encuentran los restos de Suárez
Sobre la losa que sella la huesera, depositó José Antonio Vicario unas flores. Vicario interpretó al Suárez sufriente en ‘Proyecto Suárez’, la serie que hicimos sobre la vida del fotógrafo gijonés. Apoyados en la barandilla, le miraban David González, el Suárez joven y triunfador en la serie; Josetxu Garay, sobrino del fotoperiodista, y su mujer. Nos acompañaba también Rosana Carballido, que tiene también protagonismo en toda la gran historia de Suárez…. pero de ella hablaré más adelante.
La tumba de Suárez está en el cementerio de Ceares pero no es una sepultura individual, no hay losa de mármol ni placa con su nombre grabado. Sus restos acompañan a los de miles de gijoneses que se fueron de esta vida, como él, por la puerta de atrás pero con la cabeza muy alta.
Si quieres saber más sobre la investigación que está permitiendo recuperar la historia desconocida de Constantino Suárez, puedes ver la serie completa en este vídeo: